Cuando mirar al banquillo no vale

Ayer el Wigan venció al Southampton 0-2. Lo más justo hubiese sido el empate visto lo que mostraron ambos equipos. La diferencia radical estuvo en que los Latics aprovecharon sus ocasiones y los Saints no. Suena a tópico pero fue así. No obstante, lo más grave vino ante la falta de reacción después de encajar el primer gol nada más comenzar el segundo tiempo.

Lejos de hacer una crónica, antes del partido cuando salieron las alineaciones, hubo algo que no me convenció. Fueron los siete jugadores que ocupaban el banquillo. Casi todos de corte defensivo, es decir, en caso de tener que cambiar el rumbo del partido no habría revulsivos de los que echar mano.
Gazzaniga (portero), Richardson (lateral derecho), Seaborne (central), Shaw (lateral izquierdo), Ward-Prowse (mediocentro), Puncheon (extremo) y Sharp (delantero).
Preocupa mucho que un chaval de 17 años, Puncheon y Sharp sean las alternativas principales para dar la vuelta a un partido de la Premier League. El primero porque no es su fucnión. El segundo porque no tiene las suficiente cualidades para ello y nos queda Sharp que sin asistentes poco puede hacer.
Ayer  a partir del gol visitante en el minuto 50, el equipo necesitaba cambios. Cambios que no llegaron hasta el 75 y 76. Solo dos, porque mirando al banquillo no había mucho más.

Los únicos que están al margen por problemas físicos son Cork y Tadanari Lee. Ambos no deberían de tardar mucho en regresar. A Hammond, Chaplow y de Ridder de momento no se les ha visto. Ninguno de ellos ha entrado en las dos primeras convocatorias.

El mercado de fichajes acaba el 31 y no estaría de más alguna incorporación. Solo han llegado tres refuerzos de campo. Insuficiente. Y más si con los jugadores ofensivos de otros años no se tiene la confianza para que rallen a buen nivel en la categoría.


GO SAINTS!! COYR.